mayo 05, 2011

Distancia 1: primavera fría

Esperábamos con ansias esta temporada, dejar de lado los abrigos guardados y dar paso a los múltiples abrazos; mi alma es fría como el infierno, así que necesito mayor calidez corporal, calidez de tu cuerpo tibio, pulcro y puro como lágrima de niño. Tengo aún junto a mí flores de invierno ya secas, no marchitas; ellas me hacen pensar en tu fragilidad, en tu hermosa sonrisa que sonroja a cualquiera, en tu olor que perfuma mi día y que alumbra mi noche.

He querido dejar mi encierro, abandonar mi sepulcro sin importarme castigo alguno; he querido dar paso a mi pasión hacia ti, dejar este destino asignado, que no es más que un remolino eterno de arrepentimientos y culpas, bombardeos de penas, castigos y mutilaciones... un camino salvaje, por así decirlo.

Pero no he encontrado manera de escaparme, cada momento que pasa me siento más débil, ¿acaso comienzas a olvidarme? Sé que es una idea absurda, porque nuestro amor es eterno y verdadero; sé que olvidarnos no podemos, por eso tengo confianza en encontrar la forma de regresar a ti, ser felices otra vez, como cuando por primera vez te vi.

¡Qué no daría por estar a tu lado! Tú eras quien me hacía más humano, me hacías olvidar penas y engaños, me provocabas querer vivir miles de años... Sin embargo, fueron solo 23, bien vividos, lo sé, pero evitar no puedo sentirme desolado, vacío y amargo; sola te he dejado en un mundo que no perdona al débil.

Sólo me queda esperar tu llegada, ojalá tardes mucho porque, pese a todo, quiero mi amor que vivas como a mí se me fue prohibido.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Contando...