mayo 28, 2011

Peleas y Señales Obscenas: instantes negativos. Pte1

Nuevamente tengo problemas con mi pareja, aunque ya no resulta extraño, lo raro sería que todo estuviera en calma. En mis momentos de negatividad, me dan ganas de echar todo por un hoyo, taparlo con tierra, prenderle fuego y luego apagar a escupitajos esas llamas necias... Pero después vuelvo a la realidad: soy muy flojo para cavar un hoyo y hacer todo lo demás.

Hoy decidí hacer algo diferente, y en vez de fantasear con mil disparates, entré a Internet a vagar un rato en él, de blog en blog, de una página a otra... y en esa pequeña aventura mía por estos lares digitales me topé con un título que llamó mi atención: "12 errores de la discusión en pareja". Después de una hora de perder el tiempo, encontré, al fin, algo que me traería algo de provecho. Y comencé a leer.

De acuerdo con esa página (cuyo link lo adjuntaré al final de este post) el primer error al pelear con la pareja es el "descalificar"; esto es algo clásico cuando peleamos, buscamos los puntos débiles del (os) otro (s) como mecanismo de defensa, pero cuando estamos discutiendo con la pareja esto resulta muy malo, pues tendemos a herir demasiado a la otra persona, en busca de atacar al otro. Lo mejor sería evitar este tipo de artimañas.

El segundo error es que no sólo nos centramos en el problema, sino que al detonarse la pelea, se van sacando todas las frustraciones acumuladas, y no se buscan soluciones a lo que en verdad importaba en ese momento. El egoísmo que nos caracteriza a todos, en mayor o menor medida, impide aveces que cedamos a las peticiones de la pareja, agudizando la situación y acomplejando la relación.

Asimismo, solemos discutir en lugares y en momentos poco convenientes, este es el tercer error que nos enumera la página que encontré; el entorno que nos rodea es importante al momento de las discusiones, pues estamos bombardeados por agentes externos a la pareja, que bien pueden facilitar un desenlace tranquilo, o perjudicar toda la situación. Debemos encontrar un lugar propicio para entablar diálogos con la pareja, entre mayor privacidad exista, mayor es la posibilidad de hablar con sinceridad y alcanzar un cese a la tensión.

El egotismo resulta ser el cuatro error cuando peleamos, un error fatal (y en el que caigo seguido) pues nos encerramos en nosotros de tal manera, que nos impide ver la realidad de lo que ha pasado en ese momento, y nos conduce a un círculo vicioso de argumentaciones de uno y otro que, al final, no aportan nada para solucionar el pleito.

El siguiente erro que marca, y que también uso a menudo (qué horrible soy como pareja) es el de "dar un primer profundo zarpazo"; comenzar la pelea dirigiendo el primer golpe a donde más duele: algo que incomode, algo que debió ser olvidado, un evento mal realizado... En fin, como dirían comúnmente: tirar a matar. La página da como opción el comenzar la discusión no con un "zarpazo" sino con un elogio, un halago hacia el otro, para que éste se abra y fluya la conversación.

El último error (de esta primera parte) se titula "ambiguos y mudos", aquí nos dice que en ciertas ocasiones, al intentar crear un ambiente menos conflictivo, nos volvemos poco concretos respecto a lo que decimos; si expresamos que nos molesta algo, no decimos qué es o por qué nos es molesto. En estas situaciones de tensión en la pareja, es mejor hablar con franqueza y enumerar las molestias, así es más sencillo encontrarles solución.

Por ahora sólo dejo estos seis... ya pondré los otros para ver en dónde caemos cuando nos enojamos =)

   

mayo 05, 2011

Distancia 1: primavera fría

Esperábamos con ansias esta temporada, dejar de lado los abrigos guardados y dar paso a los múltiples abrazos; mi alma es fría como el infierno, así que necesito mayor calidez corporal, calidez de tu cuerpo tibio, pulcro y puro como lágrima de niño. Tengo aún junto a mí flores de invierno ya secas, no marchitas; ellas me hacen pensar en tu fragilidad, en tu hermosa sonrisa que sonroja a cualquiera, en tu olor que perfuma mi día y que alumbra mi noche.

He querido dejar mi encierro, abandonar mi sepulcro sin importarme castigo alguno; he querido dar paso a mi pasión hacia ti, dejar este destino asignado, que no es más que un remolino eterno de arrepentimientos y culpas, bombardeos de penas, castigos y mutilaciones... un camino salvaje, por así decirlo.

Pero no he encontrado manera de escaparme, cada momento que pasa me siento más débil, ¿acaso comienzas a olvidarme? Sé que es una idea absurda, porque nuestro amor es eterno y verdadero; sé que olvidarnos no podemos, por eso tengo confianza en encontrar la forma de regresar a ti, ser felices otra vez, como cuando por primera vez te vi.

¡Qué no daría por estar a tu lado! Tú eras quien me hacía más humano, me hacías olvidar penas y engaños, me provocabas querer vivir miles de años... Sin embargo, fueron solo 23, bien vividos, lo sé, pero evitar no puedo sentirme desolado, vacío y amargo; sola te he dejado en un mundo que no perdona al débil.

Sólo me queda esperar tu llegada, ojalá tardes mucho porque, pese a todo, quiero mi amor que vivas como a mí se me fue prohibido.

Contando...