Lágrima de plata me enlaza
al amor que no vive en mi casa,
luna, diamante que escapa
a mi ya eterna plegaria.
Deseos desde mi ventana,
mirando el cielo indiferente;
lo veo tan ferozmente
pero escapa a mi mirada.
Una sirena me llama,
a lo lejos su canto canta,
me envuelve en su cama
y jamás dejo su trampa.
Me veo en otra vida,
feliz, sin espacio ni cabida.
Despierto en esta misma,
sabiendo que al menos
tú provocas mi sonrisa.
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